Rubios y gran consumo

Siempre que me voy al Bodybell o al supermercado me pregunto si esto de que no existan champús específicos para rubios es sólo cosa de España. Por ahora, lo máximo que he encontrado es un champú de Timotei (Unilever) que, según dicen, produce reflejos dorados. Quitando ése, no he sido capaz de encontrar ninguno más, al menos en los últimos años. ¿No puedo ni siquiera elegir entre dos?

Antes, todavía podíamos recurrir al clásico «Natur Vital» (del Instituto Naturvita, que sigue existiendo pero no tengo claro dónde se vende) o a alguno de Garnier (L’Oréal), pero hoy, es prácticamente imposible comprarte un champú con un mínimo de extracto de camomila. Todo son champús para pelos lisos, rizados, grasos, secos, castigados, teñidos y un sinfín de categorías más que nos hacen dudar durante unos cuantos minutos frente al lineal.

Entiendo que esto es así porque en España no existe un mercado de rubios capaz de absorber estos productos. O bien que sí existen rubios pero prefieren otros champús. En Francia, país que más controlo a efectos de hacer la compra, sí es posible encontrarte estos champús en cualquier supermercado y, curiosamente, son las casas más grandes quienes los fabrican.

Guardo la esperanza de que la gama, recién introducida en España, de productos «Le Petit Marsellais» (Johnson & Johnson) solucione este problema y que sea eficiente. Que dé brillo de verdad y no simplemente engrase el cabello. Y que pueda encontrarse en supermercados cercanos sin necesidad de irnos a cualquier hipermercado de las afueras.

Si todo esto es demasiado pedir, seguiré comprándome el Klorane (Laboratoires Klorane) de farmacia, aunque ello perjudique un poco más a mi bolsillo. A los desencantados como yo, os lo recomiendo: huele a camomila de verdad.